Shot: Un centavo por mis pensamientos... se rifan

Este es una de mis disparos más emocionantes y uno de esos personajes que merecen no solo darse a conocer, sino tener un libro que se transforme en película.

La culpa con la que comía esta señora ensimismada en torbellinos mentales me anonadó. Parecía hipnotizada.
Noten las galletitas escondidas en su cartera. Cuántos secretos habría allí adentro. Cuántas evidencias estarían enterradas en el fondo de ese bolso personal. El pañuelo ajustado al cuello acompañando la represión de sus más oscuros deseos. La mirada perdida que le da ese aire de quien creer ser invisible por un momento. La clicheosidad de quien se acostumbró a una imagen poco elaborada de uno mismo. Me la imagino arreglándose frente al espejo antes de salir, sintiéndose preparada para enfrentar al mundo que no la mirará, a pesar de que los pelos están mal cortados y a medio peinar, la ropa le queda ajustada gracias a los kilos de más que ya son parte incorporada de su fisionomía, y ni siquiera combinan.
Pero la culpa, esa que se alimenta del alma y de lo que ingerimos para ahogarla, es lo que chorrea por los poros de esta señora.