Facto #71

Es fútil intentar acelarar un trámite publico.

Ya el intento de planear o estar preparado para encarar un trámite vs la servidumbre pública -no le cabe mejor nombre, seamos sinceros, por lo negreados y lo vagos-, es suficientemente al pedísitco. Uno sin embargo necesita intentarlo.
Busca en internet, pregunta a conocidos, se baja formularios que llena una, dos... TRES veces hasta que logra interpretar bien cada casillero. Se saca fotos horribles, hace fotocopias por duplicado, triplicado... CUADRUPLICADO. Hace colas interminables, y cuando finalmente tiene una de esas caras TAN desganadas frente a uno... nada sirve.
Pase por allá, se olvidó la fotocopia de la casa, este documento no se lee, acá le pusieron que su apellido no se escribe como usted dice, no puede sacarse la foto pintarrajeada como una puerta de esa manera, ud no me puede hablar así, eso acá no tiene valor, le explicaron mal en la otra mesa, tiene que abonar otra cosita más, mas o menos en 4 horitas... UFFFFFFFFFFF!!!
Al fin y al cabo uno ya sabe que todo está perdido, incluso el tiempo parece no existir en los edificios públicos. Solo existen las escaleras y las caras de orto, de ambos lados.
Así y todo, con un poco de paz-zen puede sobrellevarse y al concluir el trámite salir con un sonrisa (temporal) por haber sobrevivido a otra entrecruzada guvernamental y sentir que su trabajo ya está hecho (los problemas que surjan de ahora en más serán enfrentados cuando llegue la ocación)

Rolling on the asfalt river (up and down)

Salí tarde para la office, aunque no tanto, y mi cabeza ya despotricaba por haberme demorado al pedo. Logré alcancé justo el bondi, pura suerte (anoten esto) y salté feliz hasta el fondo a sentarme. Como se me acabaron los libros entretenidos que tenía acumulados (bueno, hoy descubrí que no) alcé el volumen del mp3 y me quedé mirando por la ventana y en pocos metros ya estaba en mi mundo de nubes.
A las pocas cuadras (se acuerdan la suerte de alcanzar justo el bondi?) se escucha un ruido sordo y unos golpeteos debajo del bondi. Todas la caras se dieron vueltas hacia atrás y afuera lo más que podían. Ideas sobre perros y viejas bajo el colectivo cruzaron mi mente. El bondiero frenó y se escuchó la voz de un señor cuarentón gritando 'perdiste la caba(/cava/clava/clalva... whatever)!'. A ver, sea lo que sea tenía que ser grandecito como para hacer ese ruido y seguir golpeando el piso el bondi hasta que lo dejamos atrás.
Nadie perdió tiempo y bajamos todos. Esto nunca pasa, jamás nadie se baja hasta ser acarreado por el chofer, porque uno cree que esperar otro bondi es más largo que tratar de arreglar en el que iba. En este caso estaba claro que al colectivo le faltaba una parte grande, y si es grande cualquiera sabe que no debería seguir andando, así sea por seguridad, y así fue que nadie opuso resistencia. Cuando logro bajar y asomarme a chusmear... veo un terrible PEDAZO de hierro negro y sucio. Como si fuese un diábolo gigante y más alargado. ESO no se cae porque está flojo. ESO debía estar soldado originalmente, calculo. ESO no debe salirse así como así.
La línea 71 tiene muchas cagadas, entre ellas las cucarachas que pasean en hora pico por los barrotes en verando, pero por suerte la frecuencia no es un problema. Justo detrás venía uno, al que subí rápidamente, pero una vez dentro no pude evitar imaginarme cuántos 71 se necesitarían para llegar al trabajo esa mañana y qué le pasaría a cada uno.
Creo que podría inventar un chiste que empiece así. =P

Eye Candy

One post a day keep the psycho-doctor away... right?

Hoy fue uno de esos días en los que me levanté para que nadie me vea. Comí tantísimo a lo cerdo el finde -frituras varias capricho antojoso de madre, cena encargada para probar un poco de todo entre varios, picada post cena en el barcito de las picadas acalambrantes, cumpleaños feliz y cochino, sanguchitos por doquier, entre mesas, picaditas previas, tentenpiés...- que mi buzarda asomaba DURA más allá de la cintura del pantalón y abultaba mi remera. Sumémosle el bad-hair day y así llegamos al 'no tengo ganas de vesitrme hot hoy'. Y así marché al retorno laboral.
En estos días a uno poco le importa lo que pase alredeor en la calle porque sabe que va de perfil bajo. Pero yo siempre miro a todos lados, toda la gente, las cosas y lugares de la calles que tan de memoria me conozco. Yo siempre miro igual por la dudas, de vieja chusma que soy.
Asi es como hoy, JUSTO hoy, cuando me escapo del trabajo en una corrida al banco, me vengo a enterar que era Hotties' Day en pleno palermo. Todos afuera. Todas las jaulas abiertas juntas. Hottie cruzando la esquiena, hotti pasando por al lado, hotti espernando a alguien, hottie saliendo del negocio. Y yo como un boludo tratando de meter una panza que estaba tan dura que no había manera de que se me acomodasen las víceras adentro. Era como si tuviese abdomiales-tabla-de-lavar pero convexos. No era un six-pack sino 1 solo rollo industrial de papel. Horror!

Así es como el Hotties' Day me pasó de largo y como empecé la dieta again. Tarde, porque mañana me tengo que calzar la zunga de nuevo y a nadar se ha dicho. =?

Once more... with feeling (?)

Porque no quiero abrir otro blog al pedo, porque este ya es bastante basurero. Una vez más...

La otra noche volví a mi barcito fetiche. Es un lugar mal puesto, frente a una plaza no muy recomendable, que tiene casi pinta que quiere ser irlandés pero no es tan cool, que tiene sillas y mesas demasiado retro-stylish como para tener onda pero muy cómodas como para criticarlas, con una barra llena de muchachos de edad ya no contabilizable, con DVDs de Joe Cocker o BB King de fondo -cuando no es Crónica TV-, y atendido por viejos españoles, lo cual es la clave. Por qué? Porque con cada cerveza viene, por el mismo precio, 4 platitos que varían entre porotos al escabeche, papas con mayonesa, micro tostados de j&q, papas fritas, aceitunas condimentadas, salchichitas, salchichitas parrilleras, remolacha a la vaya-uno-a-saber-qué, y otras sorpresas.
Como se deja entrever, es un lugar muy tranquilo. Hasta anteanoche.

Estábamos sentados en las mesas de la vereda, azotados por el viento y sus hojas nadadoras en cerveza, cuando el barman entrado en años saca de los pelos a un pelilargo más grandote que él por la puerta. Todos entramos en SHOCK! El viejo gritaba 'a quién le vas a pegar vos, eh' y le metía esos pequeños sopapos que se le daban a los chicos para ubicarlos "sin pegarles" hace por lo menos 40 años (o gente que se quedó en esa época). El pelilargo amagaba a que se iba y a que lo enfrentaba a la vez, sacándole pecho cocorito-likey el viejo ni se mosqueaba.
Hubo empujones, más gritos del viejo, más agrandamientos fútiles del pelilargo, caídas del cartel de Especiales del Día sobre nosotros, los muchachos que salían de adentro a ayudar al viejo, la esposa también asomándose a la puerta. Nosotros, impávidos, antes tan ridícula pelea entre dos adultos apurándose como en la escuela primaria, y sin pegarse.
Finalmente las risitas nerviosas empezaron a aflorar en nuestra mesa. La situación de disolvió. Y todos volvieron a sus lugares, excepto el pelilargo que se quedó deambulando, asomándose a la puerta a pispear si lo retaban de nuevo, y cuando pasó junto a nosotros y vio 8 pares de ojos mirándolo fijo desde abajo... emitió un sonido medio gutural como si tuviese algo atragantado en la garganta pero muuuuy casual y se oyó "hola". Y se fue a patear y un árbol en la vereda de enfrente. O.o

Mientras tanto, en un bar de quilmes se pegaban y acuchillaban de verdad, como Dios manda.