Once more... with feeling (?)

Porque no quiero abrir otro blog al pedo, porque este ya es bastante basurero. Una vez más...

La otra noche volví a mi barcito fetiche. Es un lugar mal puesto, frente a una plaza no muy recomendable, que tiene casi pinta que quiere ser irlandés pero no es tan cool, que tiene sillas y mesas demasiado retro-stylish como para tener onda pero muy cómodas como para criticarlas, con una barra llena de muchachos de edad ya no contabilizable, con DVDs de Joe Cocker o BB King de fondo -cuando no es Crónica TV-, y atendido por viejos españoles, lo cual es la clave. Por qué? Porque con cada cerveza viene, por el mismo precio, 4 platitos que varían entre porotos al escabeche, papas con mayonesa, micro tostados de j&q, papas fritas, aceitunas condimentadas, salchichitas, salchichitas parrilleras, remolacha a la vaya-uno-a-saber-qué, y otras sorpresas.
Como se deja entrever, es un lugar muy tranquilo. Hasta anteanoche.

Estábamos sentados en las mesas de la vereda, azotados por el viento y sus hojas nadadoras en cerveza, cuando el barman entrado en años saca de los pelos a un pelilargo más grandote que él por la puerta. Todos entramos en SHOCK! El viejo gritaba 'a quién le vas a pegar vos, eh' y le metía esos pequeños sopapos que se le daban a los chicos para ubicarlos "sin pegarles" hace por lo menos 40 años (o gente que se quedó en esa época). El pelilargo amagaba a que se iba y a que lo enfrentaba a la vez, sacándole pecho cocorito-likey el viejo ni se mosqueaba.
Hubo empujones, más gritos del viejo, más agrandamientos fútiles del pelilargo, caídas del cartel de Especiales del Día sobre nosotros, los muchachos que salían de adentro a ayudar al viejo, la esposa también asomándose a la puerta. Nosotros, impávidos, antes tan ridícula pelea entre dos adultos apurándose como en la escuela primaria, y sin pegarse.
Finalmente las risitas nerviosas empezaron a aflorar en nuestra mesa. La situación de disolvió. Y todos volvieron a sus lugares, excepto el pelilargo que se quedó deambulando, asomándose a la puerta a pispear si lo retaban de nuevo, y cuando pasó junto a nosotros y vio 8 pares de ojos mirándolo fijo desde abajo... emitió un sonido medio gutural como si tuviese algo atragantado en la garganta pero muuuuy casual y se oyó "hola". Y se fue a patear y un árbol en la vereda de enfrente. O.o

Mientras tanto, en un bar de quilmes se pegaban y acuchillaban de verdad, como Dios manda.

1 comentario:

Cassandra Cross dijo...

WELCOME BACK, MY DEAREST!!

^_^


notepuedoEXPLICAR la alegría que me da leerte de nuevo por aquí...

Larga vida a las anedas callejeras de Milo & the City!











wiiiiiiiiiiiiiiiiiii! (perdón, es que estoy muy contentadenserio)