Facto #666

Los espejos de los ascensores están endemoniados.

Te atrapan, te hechizan, te llevan a una dimensión desconocida en la que sos hermoso y cantás y bailás y todos te aman al son de un coro gospel. Lástima que dura poco y en cuanto se frena el gigantesco transportador, te sacude del sueño y te trae de vuelta. Se abre la puerta y bajás.
Pero que pasa? Hay alguien del otro lado intentando subir. No te deja bajar. No entendés nada. Comienza una lucha de mentes y vos todavía atontado de tanto flotar y con el tema que sigue sonando en tus oídos. Finalmente la persona ante tu inminente atropello te deja bajar y en tu cara se entromete la perplejidad a medida que vas abandonando el ascensor. Ese no es tu piso. Te bajaste en cualquier lado. Fuiste una víctima más de El Maldito Espejo Maldito del Ascensor.

1 comentario:

Cassandra Cross dijo...

oooohhhh how I hate mirrors...

y viste que mi bulo nuevo está lleno de espejos en el palier, y la ghsgdhfmuxsaumdkgajhdsfhlfghgb fuiuiosafdngxofisufffffffffff!

te quiero, para variar firmame vo, viteh